Doblar la velocidad significa cuadruplicar la distancia de frenado. El recorrido de frenado y el tiempo de reacción del conductor (aprox. 1 s) nos dan la distancia de parada.
La longitud depende, entre otros factores, del estado del sistema de frenos y de la calzada. Lluvia, nieve y hielo la alargan. Una velocidad acorde a las condiciones climáticas externas es el mejor método para una buena frenada. Desde los años 30, los constructores dividen el sistema de freno en dos circuitos de freno individuales.
De este modo, en el caso de fallar uno de los circuitos, todavía se puede frenar con la deceleración mínima exigida por la ley.